Hijo mayor de del gran cacique Guaicaipuro, que a la muerte de su padre, recibió de su madre Urquía, la corona de inmortal guerrero. Baruta aceptó el penacho con las plumas rojas, que había cubierto la orgullosa cabeza del jefe de los Teques y de los Caracas. Cuando el penacho calzó la frente de Baruta, Urquía le dijo en voz alta: "Seran estas plumas rojas el símbolo de la sangre de tu padre y de tu pueblo derramadas por el invasor que viene a arrebatarnos nuestra tierra. Defiéndelas con honor".
Así lo hizo Baruta y tomó parte en casi todos los encuentros que se efectuaron desde entonces. Luchó en alianza con Tamanaco y Terepaima.
Sin embargo, en un enfrentamiento contra los españoles, es hecho prisionero y conducido ante Garci Gonzáles de Silva, que para ese momento era el Regidor del Cabildo, quien lo llena de toda clase de atenciones y le explica el plan que tiene España para desarrollar en la zona y darle mayor bienestar a sus pobladores.
Le ofrece libertad a cambio de que converse con su gente y se firme un tratado de paz.
Baruta respondió que sí, para obtener la libertad y seguir la lucha, pero cuando contó su aventura a sus hombres de confianza, éstos le dijeron que el ofrecimiento era honorable, que la mayor parte de los jefes ya habian acordado en firmar la paz y era hora de recobrar las fuerzas.
Garci González cumplió lo prometido. La capitulación fue honrosa, pero Baruta ya no quizo usar más el penacho de plumas rojas. Fue un gran jefe en la paz y sus hombres utilizaron ahora sus energías para reconstruir sus caneyes y atender a sus familias.
Los españoles respetaron su autoridad y sus costumbres, aunque éstos fueron progresivamente incorporándose a la cultura ibérica.
Al morir, el cacique fue enterrado con su rito. El 19 de Agosto de 1620, el Gobernador Francisco de la Hoz Berríos, construye en su honor, en el sitio donde vivió el cacique, una parroquia con el nombre de San Francisco de Paula de Baruta.
En el libro más antiguo de la parroquia, que data de 1655, se designa a ésta con el nombre de Nuestra Señora del Rosario de Baruta, el cual lleva actualmente.
Esto fue el reconocimiento de España a uno de los más valientes y cultos caciques con el que tuvieron el honor de luchar.
Biografías Escolares. Venezolanos Ilustres. Luisa Parra
Editorial Monfort
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